¿Cuál es el mejor protector solar?
Nos gusta tomar el sol porque es necesario para nuestra salud, especialmente porque nos permite sintetizar la Vitamina D que es básica para fijar el calcio en los huesos y está implicada como mediadora de nuestro sistema inmune y en los procesos de carcinogénesis.
No hay que olvidar, que la piel es un órgano que nos protege de los agentes externos pero hasta cierto límite. La exposición a los rayos ultravioletas son causa de quemaduras, cáncer de piel y envejecimiento cutáneo. Por este motivo, necesitamos protegerla sin olvidar que a través de sus poros pueden pasar sustancias tóxicas directamente al torrente sanguíneo ¡Importantísimo seleccionar un protector solar adecuado!
¿Que protectores solares existen?
Filtro químicos: absorben la luz solar y la transforman. Contienen sustancias (disruptores endocrinos) que imitan a los estrógenos e interfieren en el sistema hormonal: benzofenonas, camcenos y oxicinamatos. La mayoría de cremas solares que compramos en farmacias y supermercados contienen estos filtros químicos. Aconsejamos evitarlos.
Filtro físicos: reflejan la radiación solar para que ésta no penetre en la piel. Se caracterizan porque al aplicarlos nos queda una capa blanca en la piel. Se conocen como protectores minerales o bloqueadores solares. Se componen de óxido de zinc o dióxido de titanio. Para nuestra salud son mejores, pero hay estudios que demuestran que no son 100% seguros. En concreto el dióxido de titanio en forma de nanopartículas puede ser cancerígeno. Por este motivo, debemos buscar los que no incluyen nanopartículas. Utilizaremos la forma no nanopartículas y, elegiremos el óxido de zinc.
Filtros biológicos: no están reconocidos como filtros solares. Son protectores naturales, ecológicos, a base de aceites (oliva, coco, sésamo, caléndula,) manteca de karité o aloe, zanahoria, té verde... Este tipo de filtro implican una mayor conciencia con nosotros mismos. Aceptando que nuestro cuerpo, nuestra piel no está diseñada para exposiciones prolongadas bajo el sol. Y que además, cada persona tiene un fototipo de piel, una manera única de asimilar las radiaciones solares.
No te olvides de leer la etiqueta
En la letra pequeña es donde está la clave del protector que selecciones. Evita:
Parabenos
Ftalatos
Fragancias artificiales
Derivados del petróleo
Metales pesados
Nanopartículas.
Envase libre de Bisfenol A
¿Existe el protector solar ideal? ¿Cómo nos protegemos del sol?
Tomar el sol es fuente de salud para nuestros huesos y sistema inmune, pero el ser humano siempre ha huido del sol en las horas de mayor intensidad buscando la sombra. Nuestro cuerpo no necesita una exposición solar prolongada, mucho menos en las horas de mayor incidencia solar. Ten en cuenta los siguientes consejos:
Exponte al sol de manera progresiva: ratos cortos, paseos y poco a poco aumenta el tiempo de exposición.
Cuida tu alimentación: las semillas, frutos secos, aguacate, frutas... te aportan antioxidantes.
Hidrata y nutre tu piel: utiliza aceites ecológicos (almendra, karité, argan, rosa mosqueta...).
Protege tu piel y tus ojos: utiliza gorros, sombrillas, camisetas, ropa, gafas de sol...
No exponerse en las horas de máximo sol: 12-16h en invierno y de 11-18h en verano. ¡Busca la sombra!.
No es aconsejable utilizar filtro solar químico y menos en forma de aerosol.
Utiliza un factor de protección de 30 (SPF 30) y reponlo con frecuencia. La diferencia de protección con un factor mayor es mínima y contiene más sustancias nocivas.
Utiliza un protector solar físico, de óxido de zinc y que no lleve nanopartículas. Los filtros físicos ecológicos contiene aceites naturales que cuidan tu piel.
Busca el certificado ecológico y asegúrate que esté libre de tóxicos.
Cómpralo en forma de crema o loción (no en aerosol ni en polvo).
